miércoles, 8 de abril de 2009
Primera experiencia internacional de SERVETUS STUDIO
Cuando nos enteramos de la convocatoria de la TimeLine Film Fest en Carate Brianza, Milán, no nos lo pensamos dos veces. Era nuestro primer reto internacional.
El trabajo que teníamos entre manos este curso aún no estaba terminado y decidimos que Control de riesgos, corto realizado el año 2007, encajaba perfectamente dentro de las bases del concurso y la enviamos. Fue necesario adecuarla subtitulándola en inglés, para lo cual contamos con la ayuda incondicional de nuestro compañero el Profesor Carlos de Orte.
De los más de ciento ochenta trabajos que se presentaron al festival seleccionaron para la fase final menos de sesenta, entre los cuales el nuestro.
Segunda decisión: Fuimos invitados y queríamos estar allí
Como la organización no cubría todos los gastos tuvimos que hacer números. Con el remanente económico de los premios conseguidos en los certámenes anteriores y el apoyo incondicional de la Dirección del Instituto llegamos a la conclusión de que no podíamos perder la oportunidad: La delegación la formaríamos dos profesores, Ignacio Cólera y José Manuel Mateos y dos alumnos Sergio Abas y Antonio Sardá.
El vuelo directo Zaragoza-Bérgamo facilitaba mucho las cosas, pero la distancia entre Bérgamo y Carate Brianza (unos 60 km) y el horario de los vuelos añadían dificultades de logística.
Decidimos viajar el día 2 de abril, a sabiendas de que sacrificábamos un día de proyecciones y la recepción e inauguración oficial.
Llegamos a las ocho y media de la tarde (más bien noche, porque la diferencia solar es al menos de una hora) y ahí empezaron los contratiempos: recogida del coche de alquiler, oscuridad, lluvia pertinaz, desconocimiento del terreno...total, nos perdimos al acceder a la autopista y nos volvimos a perder al entrar en el pueblo.
La amabilidad de nuestros anfitriones nos rescató y llegamos al hotel donde nos esperaban los organizadores y las familias que iban a hospedar a los dos alumnos. A partir de ese momento todo han sido atenciones y detalles que no podremos olvidar.
El viernes, día tres, por la mañana nos recogieron con un autobús en el hotel y nos trasladaron al Instituto Leonardo da Vinci donde asistimos durante toda la mañana a la última sesión de proyección de cortos.
Los representantes de las diferentes delegaciones fuimos invitados a comer en la cercana Escuela de Hostelería. Pudimos disfrutar de una exhibición de arte culinario, presentación estética y servicio profesional por parte del maestro cocinero y los alumnos. Insuperable. Vaya desde aquí nuestra felicitación y agradecimiento para ellos.
Las primeras horas de la tarde las dedicamos a un amigable intercambio de ideas entre los profesores sobre el trabajo realizado por cada uno de los participantes. Resultó una charla enriquecedora que nos permitió conocer la labor de los distintos grupos no sólo en el aspecto estético sino también en lo que se refiere al grado de compromiso y empeño educativo de aquellos que desarrollan su labor en ambientes de marginación o incluso violencia social.
Terminado el coloquio, a la caída de la tarde, nos llevaron a conocer los alrededores.
Nuevamente fuimos sorprendidos por la amabilidad de los organizadores. En este punto no puedo por menos de resaltar la vitalidad y el entusiasmo con que el Profesor Enzo Gibellato nos mostró la sencillez y austeridad del románico primitivo a las orillas del Lambro y nos hizo sentir la belleza del paisaje de la Brianza, incluso bajo una lluvia torrencial en el interior de su coche particular. Terminamos el recorrido por las calles de Monza admirando el edificio del Ayuntamiento y la incomparable fachada del Duomo.
Una cena de hermandad y amable camaradería, presidida por la Directora del Instituto, cerró la jornada.
El sábado, día cuatro, a las diez y media comenzó el acto de clausura del certamen y entrega de premios.
No me siento capaz de describir con suficiente exactitud la tensión que experimentábamos a medida que se iban otorgando los premios. Cuando se anunció el Miglior Video Internazionale, y vimos aparecer el anagrama de Servetus Studio, nos sentimos incrédulos en un primer momento, pero inmediatamente orgullosos: Habíamos conseguido nuestro primer trofeo internacional.
Era el momento de los agradecimientos y las fotos de rigor. Haciendo acopio de mi pobre conocimiento de la lengua de Dante intenté dirigir unas palabras en italiano para mostrar nuestra gratitud por el premio recibido y las atenciones que habían tenido con nosotros. Espero no haber perturbado el descanso del divino poeta, de lo contrario me hubiera enviado también a los infiernos por mi atrevimiento.
Seguidamente la Directora del Instituto nos obsequió con un lunch. A partir de este momento comenzaron las palabras de despedida, intercambio de direcciones, correos, promesas de reencuentro, abrazos y buenos deseos de que la experiencia se pueda repetir en años sucesivos.
Las familias de acogida se despidieron de nosotros efusivamente, y entre los abrazos y besos de los nuevos amigos y amigas se pudo ver alguna furtiva lágrima como testimonio de las emociones vividas.
Seguidamente emprendimos el regreso a Bérgamo con el fin de aprovechar la tarde visitando la ciudad: Un nuevo y sorprendente descubrimiento.
Utilizamos el funicular para ascender a la ciudad vieja. Un recinto medieval amurallado, con sus estrechas callejuelas, llenas de vida turística y ambiente festivo. Tengo la plena seguridad de que si intentara describir las vistas panorámicas sobre la ciudad nueva en la llanura, el descubrimiento de los detalles que el paso del tiempo no ha podido borrar en el trazado urbano, en las fachadas de sus monumentos, en sus calles empinadas, me quedaría la sensación de no haber sido capaz de transmitir lo que vimos y sentimos a lo largo de la tarde. Prefiero que seáis vosotros quienes busquéis una excusa para vivir personalmente esa experiencia. Vale la pena.
El resto de las anécdotas cómico-festivas, y alguna no tanto, que vivimos hasta la hora de subir al avión de regreso a Zaragoza prefiero reservarlas para otra ocasión.
Una vez en Zaragoza recibimos la primera felicitación personal de nuestro compañero Carlos Moreno y de las familias que acudieron a recibirnos.
Estamos convencidos de que la productora Servetus Studio del IES Miguel Servet ha dejado el pabellón muy alto. Hemos cargado las pilas para seguir trabajando.
Ha sido una experiencia inolvidable.
Nuestro regreso se ha visto enturbiado por la triste noticia del terremoto que ha sufrido Italia en estas fechas. Queremos desde aquí mostrar nuestra solidaridad con las víctimas y con todos aquellos que han sentido de cerca la desgracia.
Zaragoza 7 de abril de 2009
José Manuel Mateos
Servetus Studio - IES Miguel Servet.
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Felicidades a todos!!! Es un placer ver que Aragón se mueve y que nuestros alumnos se implican.
ResponderEliminarFelicidades chicos!!! Es un placer ver que el trabajo en las aulas aragonesas se reconoce en el exterior. Seguid en la misma línea y mucho ánimo.
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